Tras
la huella de Tolkien....
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“Smial Ohtarima”
La Sociedad Tolkien Concepción
(STC), denominada “Ohtarima”, que en lenguaje
élfico significa “frontera de guerra” (nombre
que se basó en la geografía penquista, en la
que el río Biobío constituye un límite
natural), nació en 1999, cuando un grupo de cinco amigos,
amantes de los libros del prestigiado autor británico,
decidió crear una instancia que los reuniera.
Para ello, el quinteto se puso en contacto
con la Sociedad Tolkien de España, institución
que les aconsejó establecer comunicación con
la ya existente Sociedad Tolkien de Chile, denominada “Concilio
Blanco”, con sede en Santiago, la cual está encabezada
por una directiva de nueve personas, igual cantidad que la
ya conocida Comunidad del Anillo.
Así, “Ohtarima” nació como filial
-o “smial” (que significa “casa”,
en lenguaje elfo)- del órgano capitalino, pasando a
ser “Smial Ohtarima”, algo así como “casa
en la frontera de guerra”.
La STC abrió sus puertas a otros
miembros en septiembre del año pasado y hoy cuenta
con 42 seguidores en sus filas, siendo liderada justamente
por Rodrigo, quien ocupa el cargo de “thain” o
presidente, secundado por su senescal Loreto Alevy y su canciller
Pablo Cabalin.
El objetivo general de cada una de
las sociedades Tolkien en el mundo es promover y difundir
la obra del autor. La filial penquista se puso también
como meta transformarse en un referente de la literatura fantástica
en Concepción y sus alrededores.
Estos amantes de Tolkien, a quien llaman
con cariño “El Maestro”, se dan cita todas
las semanas para compartir momentos de camaradería
en torno a la literatura y todo lo que conlleva el mundo de
la fantasía.
Para ello, están organizados
en torno a varios gremios, pequeños subgrupos a los
que cada miembro se puede integrar según su afinidad.
Entre éstos, destacan los gremios literatura, lingüística,
teatro, música, bardos, cine, artesanos, juegos y esgrima.
De esta forma, los muchachos dejan
de lado lo cotidiano para dar rienda suelta a la fantasía.
Su nivel de organización es
tal, que, además de todos los eventos a nivel local,
una vez al año se reúnen con todas las filiales
del país en lo que llaman la “Fiesta de la comarca”,
la misma con la que Bilbo celebró sus 111 años
en el libro y en la película.
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